Cada vez más personas en todo el mundo se preocupan por mantener un estilo de vida saludable y bajar los kilitos de más, sin embargo poco se sabe sobre lo que pasa realmente con ese peso perdido.
Tal es el desconocimiento sobre este tema que hasta muchos médicos, dietistas y entrenadores siguen confiando en la teoría más obvia: que los kilos que se pierden, se transforman en energía.
Otros tantos se aventuran a afirmar que la grasa se convierte en músculo o que es desechada del cuerpo a través de la evacuación intestinal.
En una encuesta sobre este tema, liderada por académicos de la Universidad de South Wales, cerca del 98% de los expertos dieron una respuesta equivocada.
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La verdad no tan obvia
Los investigadores que lideraron la encuesta mencionada con anterioridad, publicaron un estudio en el British Medical Journal, en cual revelaron que la mayor parte del peso que se pierde se convierte en dióxido de carbono, y la restante en agua.
Los pulmones serían, entonces, los órganos clave dentro del proceso de expulsión de la grasa. De 10 kilos que perdemos, más de 8 son exhalados.
Por otra parte, la parte del peso que se convierte en agua es eliminada del cuerpo a través de la orina o el sudor.
Los investigadores advierten, sin embargo, que el hecho de exhalar más no implica una pérdida de peso más efectiva. La única forma para quemar los kilos de más es quemando más calorías de las que se consumen a diario.
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