Muchas personas usan los factores genéticos o hereditarios para justificar su peso corporal, bien sea porque está por debajo o por encima de lo que resultaría ideal o saludable.
Pero, ¿cuál es realmente la función que cumplen los genes sobre el peso? ¿Y puede una persona estar predispuesta a la obesidad desde su nacimiento?
Efectivamente, la genética puede influir en ciertos aspectos relacionados con el aumento y la pérdida de peso, como son:
- Niveles de saciedad
- Regulación del apetito
- Mayor o menor tendencia a acumular grasa corporal
- Mayor o menor tendencia al sedentarismo
- Control sobre la alimentación
- La forma en la que tu cuerpo quema calorías
De hecho, y de acuerdo con Centers for Disease Control and Prevention, “los estudios de asociación de todo el genoma han encontrado más de 50 genes asociados con la obesidad”, sin embargo, la entidad recalca que la mayoría tienen efectos muy pequeños sobre esta condición.
Descubre también:
Sí influye, pero no lo es todo
Ahora bien, aunque está claro que la genética desempeña una función en el peso corporal, no es un factor determinante ni decisivo.
Es cierto que si tienes antecedentes familiares de obesidad, puede que tengas una mayor facilidad para engordar, pero esto no determina que necesariamente estés predestinado/a a repetir esta condición.
Como dice el reconocido médico estadounidense Mark Hyman, “el 90 % de nuestra salud actual está controlada por el entorno en el que bañamos nuestros genes. En otras palabras, un historial familiar de obesidad o enfermedad crónica no lo deja impotente. No tiene que sentarse y aceptar que está condenado a engordar y enfermarse”.
¿Y qué pasa entonces con la gran cantidad de familias en las que la obesidad es un factor común? Esto no se puede atribuir únicamente a los genes que comparten pues hay que tener en cuenta que los miembros de una familia también suelen tener hábitos alimenticios y de estilo de vida muy similares.
Hay factores más importantes que no se deben ignorar…
Hay otros factores relacionados con el estilo de vida que son aún más determinantes que la genética y cuyo desequilibrio podría afectar tu capacidad para adelgazar, dentro de los que se encuentran:
- Ingesta calórica diaria
- Calidad de tu dieta
- Equilibrio hormonal
- Niveles de estrés
- Nivel de actividad física
- Buen descanso
Estos factores se convierten entonces en una poderosa herramienta de prevención contra la obesidad y contra la mayoría de las enfermedades crónicas que aquejan a la humanidad.
Así que un plan de adelgazamiento bien estructurado debería ser personalizado, puede tener en cuenta tu historial genético y definitivamente necesita prestar atención a cada uno de los componentes que mencionamos anteriormente.
En el siguiente video te contamos cuáles son los principales errores que se suelen cometer cuando se quiere adelgazar:
Descubre también: